Según el informe presentado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE) el pasado 2016, “La evolución de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, vinculadas a una incipiente necesidad de protección y seguridad del entorno de conectividad, generan un sustancial impacto en la Economía y la Sociedad Digital.
La creación de un clima de confianza digital que permita reforzar la protección de los organismos y estimule la implicación de los ciudadanos en el entorno digital, resulta vital para impulsar el pleno desarrollo de la sociedad conectada; para lo cual, el sector de la ciberseguridad se configura como un elemento habilitador clave.”
Se estima que el ciberdelito tuvo en 2013 un coste de entre los 375.000 y los 575.000 millones dedólares en todo el mundo, según datos recogidos por el informe ‘Sociedad de la Información en España 2015’. Esto supone entre el 15% y el 20% del valor generado por Internet.
El 38% del coste del cibercrimen se debe a fraudes online, el 24% a reparaciones de infraestructuras, el 21% a robos de información o dinero. Según algunas fuentes, los incidentes de seguridad en Internet tendrán un coste de 2,1 billones de dólares en 2019.
Los problemas de seguridad en Internet no son ajenos a nuestro país. El 66,4% de los usuarios en España han experimentado algún tipo de problema, siendo los más comunes la recepción de correos no solicitados (85,3%) y la infección por virus informáticos o códigos maliciosos (31,7%). El 48% ha sufrido algún tipo de fraude, aunque sólo el 7,6% de éstos terminan en perjuicio para la víctima.
Estas cifras de cibercrimen también suponen una oportunidad de negocio para el sector de la seguridad online. El gasto mundial en ciberseguridad ascendió a 72.200 millones de dólares en 2014, unos 150 millones de euros en España.
La previsión de crecimiento para los próximos años se sitúa en una tasa media anual del 10,3% entre 2014 y 2019, cuando este mercado alcanzaría los 155.700 millones de dólares.
Pese a sus implicaciones jurídicas y organizativas, el componente tecnológico de la ciberseguridad